La última película que vi es muy mala.
Es de ese tipo de "películas-malas" que no se pueden dejar de ver.
De las que se pegan en la retina y chupan el cerebro.
Tan mala, que mis músculos se contrajeron y se me erizó el cabello.
Y larga. ¡Que larga!
Tan larga que no termina. Tan larga que me la encuentro todos los días.
Ahí, escondida.
Esperando cualquier descuido para colarse entre los recuerdos.
Y yo indefenso,
todavía soñando con el pelo de la protagonista, con su extraño contoneo y su acento mal hablado.
Maldito gorila,
Deberían coserte los ojos y cerrarte la frente.
¡Que ni se te ocurra tocarla!
¡Que ni se te ocurra tocarla!